Hace un tiempo tuve el placer de realizar una sesión fotográfica muy especial cerca de la icónica Sagrada Familia. La protagonista fue una mamá embarazada, radiante y llena de amor, acompañada de su hijo de 23 meses y su propia mamá. Durante una hora, capturé momentos íntimos y llenos de ternura en su entorno familiar.

El pequeño, con sus ojos brillantes y su energía inagotable, no dejó de explorar y jugar, regalándonos sonrisas y gestos espontáneos. La conexión entre él y su mamá fue palpable, y cada abrazo y caricia reflejaron el profundo lazo que los une.

La abuela, por su parte, aportó una dimensión especial a la sesión, con su serenidad y amor incondicional. Fue hermoso ver cómo tres generaciones se entrelazan en un mismo espacio, compartiendo risas y momentos de complicidad.

No salimos de su entorno, lo que permitió que cada fotografía capturara la autenticidad de su vida cotidiana. Este rincón cercano a la Sagrada Familia se llenó de vida y emoción, y espero que estas imágenes transmitan la calidez y el amor que se respiraba en cada instante.